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La noche que soñé con Ekron-Dagan: un relato desde dentro del Continuus Nexus

  No fue un sueño cualquiera. No fue uno de esos viajes mentales confusos que se disuelven con la primera luz de la mañana. Aquella noche, en mi apartamento de Chapinero Alto, desperté con el corazón acelerado y la sensación física de haber estado en otro lugar. Un lugar que, hasta entonces, solo conocía por las páginas de Tolmarher: Ekron-Dagan . En el Continuus Nexus , Ekron-Dagan es más que un sector del espacio. Es una herida abierta en la realidad, un límite donde las leyes que conocemos empiezan a desmoronarse. Y allí estuve. O al menos, mi mente lo estuvo. El borde del abismo En mi sueño, viajaba en una nave pequeña, con los motores vibrando como si fueran tambores lejanos. Afuera, el espacio estaba plagado de luces que no eran estrellas: destellos que se encendían y apagaban como si respiraran. Sabía que estaba llegando al borde, porque las coordenadas del panel coincidían con las que Mayra menciona en La Exomante . Y entonces lo vi: un muro de oscuridad que no era ause...

Los Exo: ¿artefactos o dioses ocultos? Mi teoría después de tres relecturas

 Si hay un misterio en el Continuus Nexus que me quita el sueño, son los Exo . Desde que aparecieron por primera vez en Aqueron , he intentado descifrar si Tolmarher los creó como simples artefactos de tecnología imposible… o si, en realidad, son algo mucho más inquietante: dioses ocultos. No es una pregunta fácil. De hecho, es de esas que se vuelven más complejas mientras más lees. Y créanme, llevo tres relecturas completas de la saga, marcando páginas, subrayando frases y llenando mi escritorio en Chapinero de cuadernos con diagramas y conexiones. Tecnología que respira Tolmarher describe a los Exo con un detalle que parece clínico, casi ingenieril… hasta que no lo es. Porque hay momentos en que dejan de comportarse como máquinas y reaccionan como si entendieran lo que ocurre. En El Navegante , un Exo cambia de forma de manera espontánea cuando Mayra lo toca. Ningún mecanismo programado debería reaccionar así a un simple contacto, a menos que haya un nivel de conciencia inv...

Mayra y Paul Atreides: dos mesías en arenas distintas

 Cuando pienso en mesías literarios, la primera imagen que me viene a la mente es Paul Atreides, caminando por las dunas de Arrakis con el viento golpeándole el rostro, consciente de que su destino no es solo liderar, sino transformarse en algo que tal vez no quiera ser. Ahora, después de leer La Exomante , esa imagen ya no está sola. La acompaña Mayra, con su piel de tono azulado y su mirada que parece atravesar siglos, caminando no por arena, sino por territorios donde la realidad misma se dobla ante su presencia. Ambos son figuras centrales de universos vastos y despiadados. Ambos están marcados por fuerzas que los superan. Pero mientras Paul camina en un desierto físico, Mayra lo hace en un desierto de certezas, donde cada paso puede borrar o reescribir la historia. El peso de un destino no elegido Paul Atreides fue moldeado desde su infancia para cumplir un papel que, en gran medida, le impusieron. Mayra, en cambio, parece arrastrar un destino que no conocía y que se revel...

El Khabal y las grandes casas de Juego de Tronos: poder, traición y destino

 En Juego de Tronos aprendimos que, en Poniente, el poder no siempre lo tienen los reyes que se sientan en el Trono de Hierro. Muchas veces está en las manos de familias que saben mover los hilos desde las sombras, construyendo alianzas y rompiéndolas con la misma facilidad con la que se alza una copa de vino. En el Continuus Nexus , ese papel lo juega el Khabal . Y aunque en apariencia sea una red de linajes estelares que comparten una historia común, lo que realmente los une —y los divide— es el hambre insaciable por dominar el tablero del multiverso. Un juego de tronos… estelar Leyendo Jefes de Guerra en una tarde fría de Bogotá, no pude evitar pensar que el Khabal funciona como una versión interplanetaria de las grandes casas de Poniente. En vez de tierras y fortalezas medievales, poseen mundos enteros, flotas y el control de rutas comerciales que pueden decidir la vida o la muerte de sistemas completos. Al igual que los Lannister, los Stark o los Tyrell, el Khabal entien...

Del desierto de Arrakis a las ruinas de Aqueron: mi travesía hacia el Continuus Nexus

 Cuando cerré Dune por última vez, aún podía sentir la arena en los labios. No la de cualquier playa caribeña ni la de un desierto turístico, sino la arena que corta, que se mete en los pulmones, que es parte del destino. Pensé que ningún otro libro me haría sentir esa mezcla de inmensidad y claustrofobia que provoca Arrakis. Me equivoqué. Un par de meses después, en una tarde lluviosa en Bogotá, caminando por la carrera Séptima, me refugié en una librería pequeña. Entre las mesas, un lomo oscuro me llamó la atención: Aqueron . No conocía el nombre del autor, Tolmarher, pero al leer la contraportada algo se encendió. Palabras como “ruinas”, “linajes”, “horror cósmico” y “guerra estelar” se mezclaban como un eco de las grandes sagas, pero con un sabor nuevo. Me lo llevé sin pensarlo. El impacto de Aqueron La primera noche, pensé que solo leería un par de capítulos. Terminé hasta las tres de la madrugada, con la lluvia golpeando las ventanas y el corazón latiendo como si estuvier...